jueves, junio 28, 2007

Libreta de apuntes I: Ver y medir


Por: Jorge Alberto Hidalgo Toledo


El mundo y sus fenómenos para muchos no son más que un montón de detalles inútiles acumulados en pequeñas constelaciones de signficantes y significados. Burbujas que flotan a la dervia, detalles al fin y al cabo.

Marcel Mauss en su Manual de Etnografía alude al ojo y a la memoria: nos enseña a observar y a clasificar la realidad y cada uno de esos detalles, que para muchos no son mas que celulas muertas perdidas durante el sueño. La realidad para Mauss es estudio y biometría, estadística, cálculo, probabilidades, interpretación de color, dominio de la física... es decir, cada objeto, cada acto, cada rito es todo un "condensado de principios" (Mauss, 2006: 21).


Así, la etnografía tiene por objeto observar a detalle los hechos sociales para conocerlos y comprenderlos. El ojo adiestrado, alude a la exactitud, al sentido profundo de los hechos, al desmenuzar el entramado y la relación que existe entre los hechos. El etnógrafo como el arquitecto debe dominar el sentido de las proporciones, sus formas y articulaciones. La intuición no tiene cabida en el mundo de la comprobación y la estadística -nos recuerda Mauss. Su precisión es la del cartógrafo, la del historiador, la del estadístico. La especulación para el navegante es naufragio seguro. El único puerto seguro del etnógrafo es el de lo irrefutable, lo verificable, lo medible, observable y comprobable. Descubrir, así, se vuelve un argumentar lo argumentable; demostrar lo demostrable.


La observación superficial es un creer, un suponer que se ha visto.


El etnógrafo, como buen intérprete, debe ser maestro de la lengua, de la gramática social. Por ello nos advierte del estado bruto del objeto de estudio y la necesidad de:




  1. Apelar a informantes concientes, que TENGAN memoria de los acontencimientos.


  2. Colecccionar y catalogar para probar el hecho social.


  3. Buscar la objetividad en la exposición y en la observación.


  4. Decir lo que se sabe, todo lo que se sabe, nada de lo que no se sabe.


  5. Evitar la hipótesis y sólo reportar lo reportable; el hecho mismo.


  6. Recoger relatos, describir y analizar a profundidad, marcando siempre que el valor del observador es su genio sociológico.


  7. Anotar las búsquedas, incluso las inacabadas, las dificultades y los detalles.

El etnógrafo y en nuestro caso, el netnógrafo tienen como virtud la exhaustividad. Para decir que hemos visto, habrá que medir primero. El observador que reporta el nombre de las cosas, tuvo que haber conocido el idioma primero. La elocuencia en el estudio está en identificar TODOS los detalles y hacer que se multipliquen a su alrededor, todos los testimonios posibles. Con ello nos queda claro que para introducirnos en las profundas cavernas de internet habrá que adiestrar el ojo para ver en la oscuridad.


Referencia


Mauss, M. (2006) Manual de etnografía. Argentina: Fondo de Cultura Económica.

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